sábado, 21 de agosto de 2010





Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.

El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!
Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

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